En la organización escolar
los centros se estructuran en torno a una serie de elementos y
características propias de una organización, en tanto y cuanto, está
formada por personas que conforman la comunidad educativa, poco
estructurada a grandes rasgos, con funciones a veces poco definidas y
cuyos resultados son difusos ya que sólo se aprecian a medio y largo
plazo; además, hay que añadir a esto el carácter jerarquizante y de
coordinación tanto racional como intencionada. Sin olvidarnos de la
orientación a unos fines y objetivos concretos marcados tanto a nivel
instruccional como religioso o ideológico.
Por lo cual es
importante mencionar la figura de un líder que haga acopia de lo
expresado anteriormente. El líder debe conseguir que se materialicen
unas finalidades o metas definidas, por lo que tiene que conseguir la
implicación y el compromiso de todo el personal con la organización,
definida por el grado en que la Dirección logra involucrar al personal
en el Proyecto Educativo del Centro. Debe, por lo tanto, estar
capacitado para crear un ambiente sano, abierto y positivo que tenga la
frescura de ilusionar, involucrar y comprometer a todos en el logro de
los objetivos de la organización.
Este papel de líder en
el mundo educativo corre a cargo del Director cuya labor se orienta en
muchos casos hacia la gestión, es decir, a la habilidad en el control
administrativo y financiero, en evitar las soluciones conflictivas,
anticiparse a las situaciones difíciles que se presentan;
desempeñando por tanto un papel comprometido dentro de la organización,
implicándose en el proceso educativo, en resumen, velar por que la
organización funcione correctamente hacia la mejora continua.
El
estilo es otro factor a tener en cuenta, por un lado, podríamos hablar
de un director que basa todo su mandato en la legalidad, posición que le
otorga su máxima jerarquía en la organización; por otra parte puede ser
un especialista en alguna función determinada o que cuente con unas
características personales que asegura que le sigan los demás de forma
espontánea fruto de las pautas de comportamiento.
Otras formas de
liderazgo pueden ser aquellas en torno a cómo se relaciona con los
demás: los hay los que hacen las cosas por que “lo que digo yo”,
sujetándose a la Ley y en muchos casos a su propia Ley; este sería el
autoritario que no es capaz de dialogar ni consensuar, ni razonar con
los demás; este correspondería al centrado en la legalidad y en sí mismo
y en la autoridad que le otorgan y se otorga el mismo.
Otro que,
en cierto modo, guarda relación con el anterior sería el
individualista. Este sólo confía en su persona por lo que no delega en
nadie y al conferir las tareas lo hace a título individual ya que
considera que así puede controlar más a las personas.
Luego
podría estar el que se deja influenciar por los demás, nunca discute
porque tiene miedo a mater la pata, es inestable y en cierta manera
tiene problemas de comunicación.
El centrado en el grupo: impulsa
y promueve la participación y colaboración, piensa que así se obtienen
mejores resultados aunque para esta forma de actuación se requiere mucho
más tiempo. Este está más dentro de la función de líder de un centro
escolar. Además añadiría que su autoridad se la otorgan los demás por su
carácter cooperativo, abierto, transigente, comunicativo y motivador;
es buen compañero y buena persona, pretende ser justo en sus decisiones,
respeta la Ley pero prefiere dialogar antes de aplicarla (para esto
siempre hay tiempo) Se centra en las causas de un problema y no en los
efectos que es lo que sería más fácil. Esto supone ser respetado por sus
compañeros y por los alumnos.
Por lo cual el director debe ser
algo más que un gestor, debe de tener dotes de liderazgo no solamente en
aspectos estratégicos sino también debe ser líder visionario, ético
(persona de principios) tener la autoridad sí, pero a su vez ser una
persona de confianza, emocional e intuitivo con una base pedagógica
sólida e incluso diría de fuertes convicciones.
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