miércoles, 24 de diciembre de 2014

La libre elección en nuestra sociedad

Podemos elegir si, pero no podemos elegirlo todo, aunque hay que tener en cuenta que el concepto de todo no existe en un proceso de elección ya que si fuera al contrario podríamos tomar decisiones, de verdad, por nosotros mismos.  Por lo cual, no podemos ir más allá en la elección, no puedo elegir entre lo que a priori no hay, porque no me ha sido enseñado ni mostrado. El hombre necesita valorar todas las opciones para decidir por él;  entonces si será libre.  Uno puede creerse libre dentro de una cárcel sin saber que está encarcelado, no confundamos pues la libertad con el conformismo.

Cuando elegimos y ante la disyuntiva, el hecho de no querer más que lo bueno, significa que no queremos el  mal   y esto es una limitación. Pero la pregunta es ¿Cómo se presenta esta disyuntiva? ¿Disfrazada, acomodada, engañosa? Decidimos realmente con libertad en función de nuestros criterios o estamos sometidos a los designios de otros intereses que no nos dejan ver nuestros propios límites “Se tu mismo, bebe FantaTú no eres igual que los demás, tu eres distinto consume lo que yo te ofrezco”  No hagas caso de ellos te quieren esclavizar, deja que te enseñe mi cárcel” No vayas por dónde ellos quieren, déjame que yo te muestre el caminoNo te creas lo que ellos te cuentan, escúchame” estos slogans nos explican claramente donde se posiciona nuestra libertad.

¿Otra  pregunta surge en torno a esa disposición de elección? ¿De qué y cuantas alternativas dispongo para obrar en libertad? ¿Dónde están los muros o fronteras que delimitan mi voluntad? Es decir, un pájaro vive en una jaula que podemos medir cuantitativamente, cuanto más grande es esta se podría decir, entre comillas, que tiene más libertad; pero de cualquier forma no se cuestiona su libertad sólo observa que su capacidad de movimiento es mayor. Ahora supongamos que a nuestro protagonista le cortamos las alas desde que es muy pequeño para que no pueda escaparse de ninguna manera, le podemos alimentar con las mejores viandas, podemos darle las mayores satisfacciones, podrá seguir cantando si parar, podrá comportarse de la misma forma que cualquier otro pájaro pero a lo mejor no nos damos cuenta de que ha perdido la conciencia de pájaro; algo que él, a diferencia del hombre no se puede cuestionar Pero ¿Hasta dónde llega nuestra nuestro propio  cuestionamiento? El ser humano, a priori, sería capaz de preguntarse y analizarse si metafóricamente nos han cortado nuestras alas, aunque si realmente no conoce otras alternativas ¿Cómo puede cuestionárselas? Puede suceder que le hayan hecho creer que nunca ha tenido alas y que nuestros muros nos impidan delimitar nuestras fronteras de libertad.

Una persona puede sentirse libre porque cree que es feliz o al revés piensa que es feliz y por lo tanto libre, tampoco significa que por abrir los ojos y ver la realidad uno pueda ser más feliz, pero este es el precio de la libertad En la antigüedad los esclavos que querían ser libres se exponían a morir, tuvieron la libertad de elegir, teniendo en cuenta los distintos conceptos de esclavismo de la historia.

El aborregamiento es una respuesta de los mas media que dispone toda su maquinaria en ofrecernos noticias cocinadas para necios paladares, exentas de veracidad y objetividad, nos las muestran masticadas y deglutidas de forma directa para su consumo y sólo disponemos la capacidad de asimilarlas, pensarlas y discutirlas en los términos ya planteados y exigidos previamente por ellos.  Luego te dicen que tienes la libertad de elegir, pero sin las alas para poder sobrevolar por encima esto muros prefabricados y sin establecer ningún atisbo de autonomía, llevando la discusión al terreno de la mentira y la manipulación.


Por Daniel Blanco

2.- La libertad frente a la ética y la moral

Otro problema que se plantea en torno a la libertad es el problema ético o moral donde Aristóteles se plantea ¿es posible conciliar el orden natural con el orden moral? si todos los procesos están orientados hacia un fin, Aristóteles considera que el hombre debe orientarse hacia una finalidad y esa finalidad no es otra que la felicidad; pero a diferencia con los otros procesos de la naturaleza, en el  hombre es necesaria la intervención de una virtud: la voluntad. Por lo que distingue sus acciones en involuntarias propias de la coacción o de la ignorancia y las voluntarias  propias de sus acciones que no son coaccionadas. Partiendo de esta idea una acción moral es aquella en la que confluyen dos dimensiones, por un lado la propia acción voluntaria que es la libertad de la voluntad  y, por otra, la de elegir libremente las distintas opciones que se nos presenten lo que se resume en el libre albedrío o la libre elección.

Desde esta perspectiva el hombre sólo es libre cuando actúa acorde a su racionalidad, como consecuencia de esto el hombre sabio, es aquel, que se inclina de manera natural a hacer el bien.
Una persona que no es capaz de frenar o dominar sus caprichos o tendencias hacia lo fácil acabará siendo esclavo de sus pasiones. La libertad moral no se centra tanto en tener esas inclinaciones como en ser tenido por ellas, ya que somos animales  pero en virtud de nuestro dominio esto nos hace racionales. Una virtud que no se enseña pero que si se aprende. La libertad no es hacer lo que uno quiera sino en hacer lo que uno debe.

Desde el punto de vista epistemológico, la libertad puede entenderse como la disyuntiva entre ser libres o no respecto a nuestra naturaleza humana o por otro lado la de ser libres o no frente a los demás. Hobbes planteaba que la libertad es la situación en la cual uno no es restringido por otros. Kant habla de la capacidad que tiene el ser humano para obrar según las leyes de la razón fuera de las leyes naturales. Sostiene que la razón teórica no puede demostrar la existencia de la libertad porque sólo puede ser capaz de alcanzar el mundo de los fenómenos, o el mundo en el que todo está sometido a la Ley de la causalidad y como consecuencia todo sucede por causas naturales. Pero, desde la razón práctica Kant dice que si las acciones de las personas están determinadas por causas naturales o que carecen de libertad no se les puede atribuir responsabilidad alguna, ni por supuesto es posible la conducta moral; porque la libertad es la condición de la posibilidad de la moral y la moralidad es la que nos muestra la libertad. Kant apela a la libertad de la voluntad al dirigir nuestra conducta hacia en una dirección determinada, la cual no admite la trascendencia de realidades predeterminadas. La voluntad es el verdadero Yo del ser.

Jean Paul Sastre decía que estamos condenados a ser libres ya que no podemos escapar al hecho existencial de escoger entre una o más opciones porque estamos sometidos a la responsabilidad que viene dada por el libre albedrío. Esta capacidad de elegir entre lo bueno y lo malo, lo perfecto o lo imperfecto…nos lleva a una infinidad o angustia permanente.

Hoy en día la libertad quizá sea el valor más estimado, pero ¿conocemos verdaderamente sus límites?
Heidegger se refiere a la libertad en sentido ontológico, con el nombre de libertad trascendental la cual se podría describir como la apertura intencional del espíritu humano a la totalidad del ser lo que le concede a uno la facultad de entender y de querer. En el momento en que se activan y potencian estas facultades se hace posible que el hombre se relacione con las cosas conociéndolas y queriéndolas. Esto no significa que lo conozca o quiera todo pero sí que todo lo pueda conocer o querer.

Heidegger plantea que el ser humano no está encerrado dentro de los límites de su ser natural o físico sino que está abierto a la totalidad de lo real que lo definen como persona, como un yo a través de la inteligencia y la voluntad.

Nosotros no hemos elegido libremente ser libres, es algo con lo que nos encontramos. En esta libertad electiva la vida está en nuestras manos, está nos obliga a tomar decisiones, opciones en la que la vida se pone en juego. Ortega y Gasset habla de una vida escrita a golpe de libertad que no está prescrita por la naturaleza o el destino.

La mayoría de las opciones o decisiones es cierto que se presentan como alternativas. Pero la libertad es real cuando nos comprometemos con una de las opciones y por consecuencia rechazamos las demás que hemos desechado; consumimos la libertad pero no la perdemos la ganamos porque al elegir lo hacemos en un acto de libertad. Bien es verdad, que nuestras decisiones  son revocables pero lo que no es revocable es el tiempo. En la vida hay que arriesgarse y  tomar decisiones, equivocadas o no, sino serán las circunstancias las que viven y rigen nuestras vidas siendo incapaces de tomar el timón de nuestro obrar en libertad.

Continuará…


lunes, 17 de noviembre de 2014

Estudio sobre la libertad humana:


1.- La libertad humana concepto y cuestionamiento

El hombre desde que es hombre se ha planteado muchas preguntas y entre ellas, como no puede ser de otra manera, si es un ser libre o no. Pero, podemos ser capaces de definir este concepto, desde otro planteamiento ¿somos capaces de entender la libertad?, ¿Somos enteramente libres? o estamos condicionados; y si estamos condicionados ¿somos realmente libres?

Todas estas preguntas han sido caldo de cultivo de discusiones a lo largo del tiempo, como lo son, también, las distintas concepciones atribuidas y, cómo no, sus interpretaciones, pero intentaré partir este estudio desde una concepción etimológica: el término libertad proviene del vocablo “liber” orientado a la facultad de obrar o de no obrar. Esta acepción ha sido interpretada o usada de distintas formas y en situaciones o contextos diferentes. El problema viene en cuándo aplicamos esta facultad, o si actuamos con entera libertad; o lo hacemos guiados por la moral o la ética porque la naturaleza humana esta inclinada a hacer el bien o el mal de forma natural. Pero ¿quién determina lo que está bien o mal?

Definir el concepto quizá no sea lo más difícil pero su entendimiento, entender la libertad como libertad individual para poder entenderla después en el conjunto de libertades individuales o lo que es lo mismo mi libertad en convivencia y en armonía con la de los demás.

Libre no es hacer lo que uno quiere y cuando quiere, es hacer lo que como persona debe hacer para no entrar en el camino del libertinaje. No es libre el que hace lo que quiere y cuando quiere, ya que este está sujeto en muchos casos a la propia esclavitud de sus actos.

La capacidad de elegir, por otro lado, es lo que nos diferencia de los medios, un animal se mueve por instinto y no es capaz de valorar sus actos a diferencia del hombre cuya realidad como ente superior tiene la capaz de elegir, tiene la capacidad moral de hacer algo bueno o no hacerlo. El hombre es libre, por tanto, cuando elige o actúa en función de sus valores éticos o morales y no condicionado por sus, hábitos, reflejos, pasiones…

Podemos analizar la libertad desde dos vertientes que clarifican lo expuesto anteriormente: la libertad interna o lo que llamamos libre albedrío donde la voluntad está sujeta a la responsabilidad de elegir entre las muchas posibilidades que se nos presentan a cada uno de nosotros. El principio de libre albedrío que expone Santo Tomás de Aquino pretende orientarnos en el sentido de ofrecernos una visión clara y pertinente de esta acepción, un significado que frecuentemente ha sido cómplice del mal uso que se ha hecho de la definición de libertad y que paso a desgranar a continuación. Libertad es simplemente la opción que el ser humano tiene de escoger, esta elección viene determinada entre elegir entre dos cosas, ,una u otra, como sería la elección entre el bien o el mal. Pero, bien es cierto, que a la hora de elegir no podemos huir de la realidad ya que en nuestra sociedad hay factores como el dinero o los recursos económicos que influyen de manera explícita, una persona que vive con pocos recursos y tiene que elegir entre visitar un país u otro siempre estará más limitado que otra cuya economía sea mayor. Esta persona con bajos recursos es un prisionero de su realidad puesto que no puede escoger, Aunque estoy de acuerdo con esa disyuntiva también creo que a veces el dinero puede llevar a la esclavitud del que lo tiene debido al mal uso o la mala elección que puede hacer de él y con él. La libertad externa es con la que ordenamos nuestra vida según lo que determina nuestra voluntad.

Los antiguos griegos consideraban que la libertad estaba marcada o de acuerdo a tres conceptos: una vinculada a la libertad natural en la que el hombre tiene la capacidad de separarse o extraerse, aunque no del todo, de un orden cósmico predeterminado e invariable o la capacidad de ser libre del destino, pero aquí surge la pregunta: ¿podemos ser libres frente al destino? El destino para los antiguos es un concepto que nace para liberarlos de las acciones y designios caprichosos de los dioses, de esta guisa, ni los hombres ni los dioses podían escapar a su destino. Con el posterior ideal de racionalidad, la naturaleza es la que determina la causalidad de las cosas o los hechos desligando a los dioses de su providencia, pero ahora el destino quedará en manos de la naturaleza. Más tarde el hombre conocedor de su dominio sobre la misma utilizará a esta y los dioses para someter la voluntad del ser humano. Por lo que pienso que ya es un paso importante cuestionarnos la realidad y saber que nuestra libertad está coartada frente al destino. Otra relativa a la social o política cuya acepción equivale al concepto de autonomía de actuación equiparándola a como las naciones son capaces de elegir su propio destino. Pero ¿Es libre una persona que obra conforme a la Ley? Pienso que si el hombre hace suya esa Ley y esta es aceptada por la comunidad por lo que está actuando de acuerdo con algo consensuado previamente y esto no entraría en contradicción con su libertad individual, que por otra parte estarán sujetas a revisión acorde con las necesidades comunitarias y no del interés y el deseo de unos pocos cuya finalidad es enfrentar y coartar nuestras libertades tanto individuales como sociales.

Hoy, esto es equiparable al sometimiento de algunas naciones sobre otras, no como se hacía en antaño, es decir a través de la invasión, conquista u ocupación de otro lugar, sino mediante el engaño, dejando figuras nativas para configurar un gobierno vendido a los designios del país colonizador y robando las riquezas de su pueblo (Sin olvidar que esto ya se hacía en sociedades antiguas, pero corrigiendo los errores del pasado). Por último la libertad individual o personal entendida como forma de actuar de manera independiente de las coacciones que provienen de la misma comunidad, por lo que el hombre puede o debe crear su propio estado de libertad al margen de dicha comunidad, pero actuando dentro de la ley y siempre como elección personal. Pero ¿Puede uno hacer uso de su libertad de elección sin la presión de la sociedad? Creo que la libertad individual tiene, en este sentido, que estar por encima de convencionalismos propios de la sociedad en que vivimos. Es la libertad del dejo que hagas, te concedo la libertad, pero te limito tu capacidad a través de una educación instructiva que permite que nuestro estilo y forma de vida se reproduzca de generación en generación castrando cualquier iniciativa de verdadera libertad individual y colectiva con promesas de futuro escrito socialmente y bajo el sometimiento de la bandera del dinero y el poder.

Todas estas cuestiones constituyen el germen de las concepciones políticas, religiosas e individuales que han ido forjando la historia hasta nuestros días y que se constituyen como depositarias de una verdad suprema.

Continuará...

El director: ¿Un gestor o un líder?

En la organización escolar los centros se estructuran en torno a una serie de elementos y características propias de una organización, en tanto y cuanto, está formada por personas que conforman la comunidad educativa, poco estructurada a grandes rasgos, con funciones a veces poco definidas y cuyos resultados son difusos ya que sólo se aprecian a medio y largo plazo; además, hay que añadir a esto el carácter jerarquizante y de coordinación tanto racional como intencionada. Sin olvidarnos de la orientación a unos fines y objetivos concretos marcados tanto a nivel instruccional como religioso o ideológico.

Por lo cual es importante mencionar la figura de un líder que haga acopia de lo expresado anteriormente. El líder debe conseguir que se materialicen unas finalidades o metas definidas, por lo que tiene que conseguir la implicación y el compromiso de todo el personal con la organización, definida por el grado en que la Dirección logra involucrar al personal en el Proyecto Educativo del Centro. Debe, por lo tanto, estar capacitado para crear un ambiente sano, abierto y positivo que tenga la frescura de ilusionar, involucrar y comprometer a todos en el logro de los objetivos de la organización.

Este papel de líder en el mundo educativo corre a cargo del Director cuya labor se orienta en muchos casos hacia la gestión, es decir, a la habilidad en el control administrativo y financiero, en evitar las soluciones conflictivas, anticiparse a las situaciones difíciles que se presentan; desempeñando por tanto un papel comprometido dentro de la organización, implicándose en el proceso educativo, en resumen, velar por que la organización funcione correctamente hacia la mejora continua.

El estilo es otro factor a tener en cuenta, por un lado, podríamos hablar de un director que basa todo su mandato en la legalidad, posición que le otorga su máxima jerarquía en la organización; por otra parte puede ser un especialista en alguna función determinada o que cuente con unas características personales que asegura que le sigan los demás de forma espontánea fruto de las pautas de comportamiento.

Otras formas de liderazgo pueden ser aquellas en torno a cómo se relaciona con los demás: los hay los que hacen las cosas por que “lo que digo yo”, sujetándose a la Ley y en muchos casos a su propia Ley; este sería el autoritario que no es capaz de dialogar ni consensuar, ni razonar con los demás; este correspondería al centrado en la legalidad y en sí mismo y en la autoridad que le otorgan y se otorga el mismo.

Otro que, en cierto modo, guarda relación con el anterior sería el individualista. Este sólo confía en su persona por lo que no delega en nadie y al conferir las tareas lo hace a título individual ya que considera que así puede controlar más a las personas.

Luego podría estar el que se deja influenciar por los demás, nunca discute porque tiene miedo a mater la pata, es inestable y en cierta manera tiene problemas de comunicación.

El centrado en el grupo: impulsa y promueve la participación y colaboración, piensa que así se obtienen mejores resultados aunque para esta forma de actuación se requiere mucho más tiempo. Este está más dentro de la función de líder de un centro escolar. Además añadiría que su autoridad se la otorgan los demás por su carácter cooperativo, abierto, transigente, comunicativo y motivador; es buen compañero y buena persona, pretende ser justo en sus decisiones, respeta la Ley pero prefiere dialogar antes de aplicarla (para esto siempre hay tiempo) Se centra en las causas de un problema y no en los efectos que es lo que sería más fácil. Esto supone ser respetado por sus compañeros y por los alumnos.

Por lo cual el director debe ser algo más que un gestor, debe de tener dotes de liderazgo no solamente en aspectos estratégicos sino también debe ser líder visionario, ético (persona de principios) tener la autoridad sí, pero a su vez ser una persona de confianza, emocional e intuitivo con una base pedagógica sólida e incluso diría de fuertes convicciones.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Ética educativa

Vivimos en sociedad y esto hace que a través de nuestra vida, nuestras costumbres y hábitos sean heredados  y asimilados, estas costumbres pueden variar en función de los cambios o paradigmas producidos a lo largo del tiempo en mayor o menor grado, quizá estemos en un cambio de paradigma en estos momentos, lo que significa que los valores inmanentes impuestos y transmitidos tradicionalmente pueden cuestionarse sin que esto suponga un problema para una sociedad viciada, confundida y sometida.
Establezcamos un conflicto social de valores entre todos a través de unos principios sólidos y aprobados por todos de forma consensuada por encima de religiones e ideales políticos, sociales y/o egoístas, basados en “mis criterios son mejores que los tuyos” y dejemos que la mediación pedagógica haga patente este discurso. Quizá sea una utopía, pero debemos poner esa racionalidad en los hechos.
Uno se hace persona a través de las personas que van dejando huella en sus vidas y van forjando su desarrollo, nadie consigue las cosas sólo por si mismos: esto constituye lo que podemos llamar identidad moral. Y de esta identidad moral construida paso a paso es de lo que habla o trata la ética. Esta perspectiva tiene y debe extenderse no solo a los alumnos, sino a todos los que constituimos la Comunidad educativa, es decir, orientadores, profesores, tutores, padres, Universidad…
A través de la ética las personas manifiestan lo que son por lo que se hacen ser, es decir, una segunda naturaleza que se cierne sobre la primera para su mutuo desarrollo. A lo largo de esta experiencia se van adquiriendo y practicando los valores necesarios para el desarrollo educativo, mediante la adquisición de los hábitos; los valores no se pierden, pero lo que si pueden perder o abandonar son estos hábitos, si no los trabajamos tanto a nivel privativo como social y a nivel teórico como práctico. Esto requiere de esfuerzo, se trata de llegar lo más lejos posible en nuestros hábitos y capacidades. Mantener estos hábitos supone un camino hacia la felicidad, a largo plazo y no a corto, la persona que mantiene estos hábitos será más tolerado y tolerante por y con los demás, es lo que podemos llamar una persona de principios.
La ética subyace de la experiencia, pero esta también se aprende, partiendo del reconocimiento del propio desconocimiento, todo lo que no sea así raya la ignorancia y las bases de la intolerancia. Con la filosofía de la ética aprendemos a saber y conocer; ahí está el principio de saber que no se, se aprende a querer, a desear algo, a echar de menos algo, aprendemos a luchar contra el: “lo quiero todo y ya” Por lo cual  nosotros como docentes, adultos, padres, pedagogos debemos  aprender a no ceder ante estos designios; muchas veces lo hacemos por pereza, desidia o por evitar problemas, conflictos  y confrontaciones, por creer que así los demás nos van a querer y respetar más. Estamos obviando el problema de la educación y entre tanto, podemos mantener los debates que queramos acerca de la ética, pero si no somos responsables de nuestros actos la sociedad se tambalea cual árbol sin raíces sólidas. Con la ética nos cuestionamos las cosas, los medios, los fines, aprendemos a valorar y no a juzgar, aprendemos a ser ecuánimes sin ir por el camino fácil, aprendemos a dudar, aprendemos a abrirnos a  los demás, a conocer ya amar a los demás, en resumidas cuentas aprendemos a ser….
La ética no puede ser sólo teoría, hablamos de actos y hechos, debemos comprometernos y ponerla en práctica día a día. En otras palabras el camino del Éthos o de hacer el bien que como decía Aristóteles, es el camino que lleva a la felicidad. Y las buenas acciones no se realizan para que las vean los demás, como con cualquier personaje público en busca de reconocimiento, sino que nacen desde nuestras entrañas y no a cambio de algo. El Éthos es nuestra segunda naturaleza para los griegos clásicos, por lo cual el hombre organizado en sociedad, necesita establecer normas para regular el comportamiento y el modelado de su carácter.

Finalmente decir que la ética pretende o debe intentar regular la conducta humana y digo regular y no determinar cómo les gustaría a muchos, y decirnos  como deberíamos ser y vivir. Estaríamos pues ante una ética general, de la que hemos hablado, que estudia los principios o hábitos morales y una ética especial o deontológica que trata de inculcar el deber de hacer que estos hábitos se constituyan y desarrollen con la mayor integridad, justicia, equidad y honestidad.

Intenciones del aprendizaje

Tenemos la tendencia a cuantificarlo todo y esto es algo que ocurre también en el aprendizaje,  por lo cual voy a desligarme de estos hábitos cuantitativos potenciados por legislaciones y normativas centradas en el ideal económico de la oferta y la demanda y me voy a inclinar por la calidad de los aprendizajes. Pienso que si queremos orientarnos hacia un aprendizaje eficaz hay que tener claras las intenciones en torno a los objetivos, métodos, principios, evaluación, etc.  No se trata sólo de conocer las fuentes curriculares o sus racionalidades sino que es fundamental, a la hora de ponerlas en práctica, tener claro cuál será la finalidad del aprendizaje, para darle coherencia al proceso. Aún sabiendo de la dificultad que esto entraña debido a la tendencia de inclinarnos hacia las metodologías en las que hemos sido educados o instruidos en nuestra época estudiantil basada en la instrucción, es decir, en la transmisión  de conocimientos.
Centrarnos en el proceso y no en los resultados me parece fundamental como maestros  ya que es muy habitual recurrir a lo contrario, sobre todo amparándonos en las normas y las leyes, recurso muy manido, en vez de   preocuparnos por los verdaderos problemas de los chicos/as en su desarrollo.
Motivar a los alumnos a través de los llamados “conflictos cognitivos”, problematizando y polemizando los problemas, abriendo su curiosidad tendiendo a clases dialogadas o dialógicas, mediadas con criterio por el docente, sacando a los alumnos todo lo que llevan dentro  a la vez de fomentar que sean ellos los que construyan su conocimiento, abogar por la reflexión y el cuestionamiento potenciando el sentido crítico de los estudiantes. En otras palabras romper las bases de una educación hegemónica a la que Freire denominó bancaria,  es decir, unidireccional, que reproduce e inmortaliza la situación socioeconómica latente en nuestra sociedad.
Por último y no menos importante tener en cuenta a la hora de enseñar conocer a la persona objeto y sujeto del aprendizaje, recordando a Freire “aprender a Pedro”.
Si somos capaces de conocer y manejar las estrategias de un buen aprendizaje,  podremos ofrecer al niño/a una formación de calidad, una mejora de sus actitudes para potenciar una mejor integración y, cómo no, un mejor rendimiento de su aprendizaje.

Si hemos conseguido nuestro objetivo, podremos sentirnos orgullosos y el niño/a hará gala de su reconocimiento convirtiéndose en una persona de provecho, brindando a su vez, la posibilidad de poder dar mayor respuesta a situaciones difíciles con las que ineludiblemente se enfrentará a lo largo de su vida.

martes, 17 de junio de 2014

REFORMAS EDUCATIVAS O SIMPLEMENTE PARCHES.



Hoy en día la sociedad ha experimentado numerosos cambios traducidos en reformas educativas que, parece, todavía no han cuajado en un modelo ideal válido para todos. ´La situación se concreta en un ideal de escuela que establezca los principios de igualdad, equidad, libertad, convivencia, cooperación, respeto, compromiso e implicación; destacar que esto no es tarea fácil ya que son muchos y concretos los matices y dificultades a las que los educadores tienen que hacer frente día a día en las aulas y eso es consecuencia del avance de las sociedades y, porque no, de la globalización de la sociedad que permite una mayor diversidad de cada uno de los discentes y en la que la escuela les corresponde la labor de promover las competencias derivadas de las múltiples culturas, interaccionando culturalmente para dar así mayor respuesta educativa. Esto conlleva a declinar el concepto de multiculturalismo a favor del interculturalismo, ya que el primero podríamos decir que llama al dominio de una cultura sobre las demás y el segundo término ansía el ideal de aprender de todas las culturas para un mayor enriquecimiento de las mismas.
A través de este escrito anhelo la romántica idea de contribuir a que se alcancen las metas propuestas y a una mejor concepción de esto que llamamos escuela, a través de un proceso cuyos protagonistas son las personas, las cuales se relacionan, coordinan y participan para la consecución de los objetivos propuestos. Una escuela en la que tenga cabida la opinión de todos (profesores, psicopedagogos, padres, instituciones, alumnos) pero siempre con la prudencia que ofrece la responsabilidad que establece la asunción de responsabilidades a la hora de participar de una programación consensuada y respetada por todos, más allá de creencias e ideales políticos. Las cuestiones que nos deberíamos hacer se tornan estériles si no establecemos las preguntas adecuadas: ¿En qué clase de sociedad queremos que vivan nuestros hijos? ¿Queremos que sean libres o esclavos de un sistema que no les deja desarrollar toda su creatividad? ¿Qué principios o valores podríamos conciliar entre todos que sirvan como base para un posterior desarrollo de libertad de criterios?...
Nuestra aspiración debería quedar resumida en un proyecto común donde todos naveguen en el mismo sentido,  en el que todo debe estar planificado y que se oriente a un ideal claro: la educación debe ser la misma para todos.

lunes, 16 de junio de 2014

BIENVENIDOS

UN NUEVO CONCEPTO DE PEDAGOGÍA

 
Bienvenidos a este nuevo blog, un espacio en el que trataremos temas de interés general, enfocados siempre desde un punto de vista pedagógico. Desde aquí denunciaremos situaciones a nivel social y educativo en las que nos podríamos ver involucrados cualquiera de nosotros, planteándole posibles soluciones. Además de lo ya mencionado dedicaremos un espacio a la educación en el que recomendaremos artículos, cursos, centros, pautas... y todo lo relacionado con cualquier  proceso educativo. Siempre daremos nuestra visión, pero nunca intentando sentar catedra, es decir, no se trata de imponer nuestro criterio, simplemente propondremos  nuestro punto de vista y estaremos encantados de debatir con todo áquel que esté interesado. Hasta muy pronto!